Nuestra Ruta por el Sur de Alemania y Berlin
A Tope de Cuentos de Hadas
y Rollito Berlinés
(una ruta por el sur de Alemania
desde Francia hasta Austria)
¡Olvida eso de "voy a Alemania" y pisar solo Berlín o Múnich! Nosotros nos marcamos un tour para exprimirle el jugo a Baviera y más allá, ¡como si no hubiera un mañana!
Empezamos con un road trip épico en coche desde Nuremberg hasta Múnich, para conocer la famosa cervecería Bürgerbräukeller.
Recorrimos todo el sur de Alemania, desde Francia hasta Austria en modo "come-kilómetros" pero con sobredosis de paisajes que me hacían soltar grititos de emoción (sí, soy así).
¡Prepárate para la avalancha de sitios que te dejan con la boca abierta!
Aquí tienes Mi Ruta Alemana Secreta:
De Pueblos de Cuento a Historia que Impacta (Pasando por Fuentes de Licor)
Alemania es Mucho Más Que Salchichas y Cerveza
Escucha bien.
Si crees que Alemania es solo Oktoberfest y gente seria,
déjame decirte que estás MÁS perdida que un pulpo en un garaje.
Fui buscando paisajes bonitos y terminé encontrando un país con más giros que un pretzel: pueblitos que parecen sacados de un sueño (o de Instagram, seamos honestas ?),
historia que te deja pensando DÍAS, y sí,
¡cerveza más barata que el agua!
(Spoiler: mi hígado y yo tuvimos una conversación seria después de una semana).
Así que abróchate el cinturón (o mejor, aflójalo, ¡por la comida!),
que te llevo de paseo por MI Alemania, la que no siempre sale en las guías, pero que te robará el corazón.
¡Vamos!
① Nüremberg: Nuestro viaje comenzó aquí.
La ciudad nos ofreció una experiencia de fuertes contrastes.
Por un lado, sentimos el peso de la historia en la Sala 600 del Palacio de Justicia, el lugar donde se llevaron a cabo los trascendentales Juicios de Núremberg.
Nos sorprendió la cantidad de gente que había y había muchas fotos del juicio.
Por otro, nos sumergimos en el ambiente animado y tradicional de su célebre mercadillo
(el bullicio de la Hauptmarkt)
② Rothenburg ob der Tauber: ¡ALTO AHÍ! (Pausa dramática).
No podemos seguir este viaje alemán sin hablar de Rothenburg ob der Tauber.
Omitirlo sería como ir a Roma y no ver el Coliseo, ¡un pecado viajero!
Es una Superestrella Medieval Que SÍ Cumple las Expectativas (¡Y Vaya Si Lo Hace!)
Esto no es un pueblo, es un escenario de cuento de Disney en VIVO...
Te esperas que aparezca la Bella Durmiente en cualquier esquina.
Es precioso.
Nos cayeron unas gotas, pero apenas salió el sol, una banda de música típica de la zona salió a animar la plaza principal.
¿Es uno de los pueblos más bonitos de Alemania?
Rotundamente SÍ.
Y me atrevería a decir que de Europa.
Es como si Walt Disney y los hermanos Grimm hubieran tenido un hijo arquitectónico y ¡PUM!, sale Rothenburg.
Imagina un casco antiguo medieval PERFECTAMENTE conservado (¡y cuando digo perfecto, es perfecto!), rodeado por murallas COMPLETAS por las que puedes caminar
(¡planazo total para sentirte vigía medieval!), con torres que parecen sacadas de un libro, casas con entramado de madera de colores pastel y tejados puntiagudos...
¡Es una locura de bonito!
No te puedes perder el Plönlein,
esa esquina súper fotografiada con la torre Siebersturm y la puerta Kobolzellertor...
Es la imagen icónica por excelencia.
Y caminar sin rumbo por sus callejuelas empedradas es simplemente mágico.
El Plönlein no es solo una esquina: es la esquina.
Esa que verás en postales, en imanes de nevera y en tus sueños durante semanas.
Imagina una torre, un empedrado que chirría bajo tus zapatillas y un silencio que grita:
“hazme foto, YA.”
¿Se parece a Alsacia?
¡Buena pregunta! Sí y no.
Comparte totalmente esa vibra de "cuento de hadas" con las casas de entramado de madera, las flores en los balcones y ese aire romántico que tienen los pueblos alsacianos.
Te transporta a otra época de forma similar.
PERO...
Rothenburg tiene un sello muy bávaro.
Quizás es un pelín menos "explosión de color" que algunos pueblos alsacianos como Colmar, pero lo compensa con una autenticidad medieval BRUTAL y esa sensación de fortaleza gracias a sus murallas intactas.
Tiene su propia personalidad, ¡inconfundible!
Consejo de amiga (porque la honestidad ante todo):
Es TAN espectacularmente bonito que... sí, suele estar LLENO de turistas.
El secreto está más que descubierto!
Pero que eso no te eche para atrás.
Madruga para pasear por las calles casi vacías, piérdete por rincones menos obvios o haz el famoso tour del Sereno (Night Watchman) por la noche para una experiencia diferente. ¡Merece CADA segundo y esperar veinte minutos para sacar la foto perfecta!
③ Schwäbisch Hall: Donde Alemania Se Siente AUTÉNTICA.
Al salirnos del circuito turístico típico.
Schwäbisch Hall fue como entrar en la Alemania "de verdad".
Cero multitudes locas, ¡pura vibra local!
Lo más top: esas casas antiguas con entramado de madera (¡algunas parecen a punto de bailar de lo torcidas que están!) y ese puente de madera CUBIERTO sobre el río Kocher.
Súper fotogénico y con una historia que se siente en cada tablón.
¿Y la mejor parte?
¡Caímos en medio de una fiesta en la plaza principal!
Música, baile improvisado, comida local deliciosa...
¡y nosotros ahí, uniéndonos como si fuéramos del pueblo!
Pura magia espontánea. ESO es viajar. ✨
④ Heidelberg: Historia, Vistas ¡y un Barril de vino GIGANTE!.
Es PRECIOSA la ciudad, no hay duda.
El castillo, el río... pero ¿quieres el truco para la mejor vista y sentirte como en una peli de Wes Anderson?
El Bergbahn (teleférico/funicular).
Sube, sube, sube y flipa con las vistas.
PERO, atención, que dentro del castillo de Heidelberg está el "Großes Fass":
Un barril de vino GIGANTESCO.
Construido en el siglo XVIII, mide unos 7 metros de alto x 8.5 de ancho y aunque ya no se usa, le caben 219 mil litros de vino!)
Es tan grande, que hay que subir unas escaleritas para verlo bien).
Es una locura pensar en la cantidad de vino que cabe ahí. ¡Salud! ?
⑤ Friburgo: Sol, Estudiantes y ¡Verde que te quiero verde!
Bosques de los que te imaginas lobos (pero no los vimos, tranqui), relojes de cuco por doquier (¡imposible resistirse!),
Y Friburgo,
la capital del sol en el corazón de la Selva Negra.
Se dice que es oficialmente la ciudad más soleada de Alemania (¡y se nota!).
Llena de estudiantes, es una universidad muy importante, tiene una energía joven y vibrante, con esos canalitos de agua (Bächle) por las calles (¡cuidado no metas el pie!).
⑥ Y desde Friburgo, ¡directos a la Selva Negra (Schwarzwald)!
y... ¡Fuentes de Schnapps!
Y aquí viene lo bueno: ¿Sabías que existen las Schnapsbrunnen? ¡
Son literalmente FUENTES de licor!
Pequeñas casetitas o grifos en medio de rutas de senderismo donde te sirves tú mismo un chupito (o dos ?) y dejas el dinero en una cajita.
¡Confianza nivel Dios!
Nos pareció lo más curioso y divertido del mundo ir buscándolas.
¡Una genialidad alemana!
Vamos a sumergirnos en el encanto de Gengenbach en la Selva Negra donde la Ternura Alemana Tiene Banda Sonora (¡de Cuerno!)
Justo cuando crees que ya has visto el nivel máximo de "pueblo alemán adorable que parece dibujado"...
¡ZAS! Aparece Gengenbach y te sube la apuesta.
Y en medio de toda esa perfección de postal, está la Röhrenbrunnen (literalmente, "Fuente de las Tuberías", ¡qué nombre tan poco glamuroso para algo tan mono! ?).
Pero ignora el nombre, ¡imagina la escena! Es una fuente de piedra, sí, pero está VIVA, adornada con flores que le dan un toque de color y alegría brutal.
Y presidiéndola, la estatua: un señor que parece muy serio sujetando un pez Y un cuerno. ¿Random? ¡Un poco! ¿Alemán? ¡Totalmente!
¿Encantadoramente peculiar?
¡SIN DUDA!
Es de esas cosas que ves y piensas: "Ok, Gengenbach, tienes tu propia personalidad".
Y el telón de fondo... ¡ay, el telón de fondo!
Esas casitas históricas con entramado de madera perfectamente conservadas, la torre del ayuntamiento vigilando desde lo alto...
La fuente no está en la plaza, ¡es el corazón peculiar y burbujeante de la plaza!
Es el punto donde dices: "Vale, necesito una foto aquí. O diez".
Es pura esencia de Gengenbach: historia, belleza tradicional y ese toquecito quirky que te saca una sonrisa. ✨
Las Fuentes de Schnapps:
¡La Búsqueda del Tesoro Más Peligrosamente Deliciosa de la Selva Negra!
Ahora, agárrate fuerte porque tenemos que volver a hablar de la GENIALIDAD absoluta que son las Schnapsbrunnen de la Selva Negra.
Si la primera vez que lo mencioné te pareció curioso,
¡espera a que te lo cuente con la emoción que merece!
Imagina esto: Estás haciendo una ruta de senderismo.
El paisaje es precioso, sí, pero llevas un rato caminando, quizás hace calor, quizás estás un poco hasta el moño de tanta cuesta...
Y de repente, en medio de la NADA,
Ves una pequeña cabañita de madera o una fuente de piedra decorada.
Te acercas con curiosidad, pensando "¿qué será esto?" Y entonces... ¡LO VES!
¡Botellitas de Schnapps local (Kirschwasser de cereza, Zwetschgenwasser de ciruela, Williams Birne de pera...) perfectamente alineadas, con vasitos limpios al lado! ?
¡Y no hay NADIE vigilando!
Solo un cartelito que te indica el precio (¡ridículamente bajo, tipo 1 o 2 euros!)
y una hucha o caja de honestidad (la Kasse des Vertrauens).
El mensaje implícito es: "Hola, excursionista cansado.
Confío en ti. Sírvete un chupito para reponer fuerzas, disfruta de este pequeño placer de la vida local, y por favor, deja tu monedita aquí.
¡Gracias!".
¡MARAVILLOSO!
Es un acto de confianza radical y una tradición súper auténtica.
Se siente casi como hacer algo prohibido, como encontrar un tesoro pirata escondido...
¡pero es totalmente legal y adorablemente rústico!
Es la Selva Negra diciéndote: "Sabemos que caminar cansa.
¡Toma un trago!".
Olvídate de bares de lujo, ¡esto es hospitalidad nivel Dios!
Encontrar una Schnapsbrunnen (fuente de licores) en medio del bosque es, sinceramente,
uno de esos momentos de viaje que te hacen sonreír como un tonto y pensar:
"¡Qué sitio tan genial!".
Solo... ¡cuidado con cuántas "fuentes del tesoro" encuentras en la misma ruta! ?
Que la confianza alemana es mucha,
¡pero el Schnapps pega fuerte!
⑦ Otro pueblito que nos pareció curioso en la Selva Negra, es Triberg.
Si buscas la quintaesencia del cliché de la Selva Negra,
con extra de madera tallada y el sonido ambiente de "¡cucú, cucú!",
amiga, has llegado a tu destino. ¡Triberg es Cucú-Landia!
Desde que entras, es una sobredosis de relojes de cuco.
Tiendas por todas partes, escaparates LLENOS, desde el pequeñito que apenas ves hasta monstruosidades que costarían un riñón.
Es como si un decreto ley hubiera obligado a cada habitante a dedicar su vida al noble arte del pajarito que da la hora.
¡Es fascinante y ligeramente abrumador a partes iguales! ?
Pero la verdadera peregrinación, el Santo Grial del turista en Triberg
(y alrededores, que hay pique con el pueblo vecino de Schonach)
es ir a ver... ¡EL RELOJ DE CUCO GIGANTE!
¿Recuerdas que te conté de ese sitio que parece una casa/tienda enorme donde todo el mundo se planta a esperar la hora en punto?
¡Pues estás en la zona cero!
Hay una competición feroz por ver quién tiene oficialmente
"El Reloj de Cuco Más Grande del Mundo".
La experiencia es... bueno, es una experiencia.
Te unes a la multitud que mira expectante esa fachada de madera gigante.
Hay una tensión silenciosa, una anticipación casi cómica.
Y entonces, a la hora exacta, se abren unas puertecitas y sale el famoso cuco tamaño XXL (que se parece más a un pollo de madera hormonado que a un delicado pajarito cantor)
Y suelta su "¡CUCÚ!".
A ver, seamos brutalmente honestos: el sonido no es que te cambie la vida,
y el movimiento es... mecánico.
Pero ¡la gracia está en el RITUAL!
En la espera colectiva, en la foto de rigor,
en la sonrisa compartida de "¿en serio hemos venido a ver esto?".
¡Es el tipo de turistada que, hecha con humor, se convierte en una anécdota genial!
¿Es un poco hortera? ¡Sí!
¿Es súper turístico? ¡Obvio!
¿Tienes que verlo si pasas por allí, aunque solo sea para reírte y decir "yo estuve"?
¡Pues mira, yo creo que sí!
Es parte del pack completo de la Selva Negra.
Bonus track para compensar tanta madera:
Triberg también tiene las Cascadas de Triberg, que dicen ser las más altas de Alemania.
Son realmente bonitas, un paseo agradable
y un buen chute de naturaleza real para equilibrar la locura cuckoo.
Así que ya sabes: Triberg es intenso, es monotemático con sus relojes,
pero tiene ese encanto peculiar de los lugares que abrazan su identidad.
Ve, ríete, flipa con el tamaño del pájaro, disfruta de la cascada,
Y ¡a seguir la ruta! ?
⑧ Lindau (Lago Constanza):
Un respiro de agua fresca con vistas alpinas que te resetean el cerebro.
Fotaza asegurada en el puerto y en el Antiguo Ayuntamiento de Lindau,
una ciudad ubicada en el lago de Constanza, en Baviera, Alemania.
Ok, escucha bien.
Después de toda la intensidad histórica, los relojes cucú haciéndote "tilín" en la cabeza o las aventuras urbanas...
Imagina que necesitas pulsar el botón de PAUSA TOTAL.
Esa sensación de "mi cerebro necesita un spa con vistas URGENTE".
Pues eso, amiga, tiene nombre y se llama Lindau am Bodensee.
Y agárrate porque es una maravilla:
Lindau no es solo un pueblo cuqui más; es una ISLA-TESORO plantada en medio del gigantesco y azulísimo Lago Constanza (Bodensee).
Ya solo la idea de que el casco antiguo esté en una isla conectada por un puente...
mola mil-- Bajas del coche o del tren, cruzas,
y ¡Bum!, entras en otra dimensión.
Y lo de "respiro de agua fresca"... ¡se queda CORTÍSIMO!
Es como meterte de cabeza en una piscina de "aaaaahhhh, por fin paz".
El aire huele diferente, más limpio, más fresco.
Levantas la vista y ves esa extensión brutal de agua que parece un mar,
y al fondo... ¡los ALPES!
Ahí, majestuosos, imponentes, como diciendo "hola, bonita".
Te juro que tu cerebro hace click.
Todas esas pestañas mentales abiertas con preocupaciones y listas de tareas pendientes...
se cierran de golpe. Es un reset cerebral instantáneo.
Pura magia alpina.
Ahora, hablemos de LA FOTO. LA FOTAZA. ?
Esa que sabes que va a triunfar.
Esa que te va a recordar este momento de gloria visual para siempre.
El puerto de Lindau. Es que es casi ofensivo de tan perfecto.
Tienes al imponente León de Baviera en un extremo de la entrada del puerto,
y el Nuevo Faro (Neuer Leuchtturm) en el otro (al que puedes subir para flipar aún más con las vistas).
Y justo en medio, como enmarcado por ellos: el lago, los barquitos, las montañas nevadas (incluso en verano a veces)...
Es FÍSICAMENTE IMPOSIBLE sacar una mala foto aquí.
Tu móvil grita: "¡ESTO ES ORO PURO PARA INSTAGRAM! ¡Dispara YA!".
Pero Lindau es mucho más que su puerto de postal...
No te quedes hipnotizada solo por el agua.
Date una vuelta por la Altstadt (el casco antiguo)
y busca el Altes Rathaus (Antiguo Ayuntamiento).
Olvídate de edificios grises y aburridos.
Esto es una obra de arte.
Tiene una fachada espectacularmente PINTADA, con frescos súper detallados que cuentan historias de la ciudad, ventanas con entramado de madera, un tejado escalonado precioso...
Es una maravilla.
Te planta de golpe en la rica historia bávara y te deja con la boca abierta.
Es el contrapunto histórico perfecto a tanta belleza natural.
Lindau es ese lugar mágico donde la naturaleza te da una bofetada de belleza (de las buenas), la historia te susurra desde cada esquina pintada y tu cerebro se pone en modo avión (pero con vistas).
Es el sitio ideal para recargar pilas, respirar hondo, llenar tu cámara de fotos escandalosamente bonitas y sentirte muy, muy afortunada de estar ahí.
Pura vitamina para el alma viajera.
⑨ Castillo Neuschwanstein: (si te lo preguntabas, se pronuncia noi-sh-vans-tain.
(Madre del amor hermoso)
Y Sí, súper confirmado que inspiró el castillo de la Bella Durmiente de Disney, no el de Cenicienta, Aunque ambos son icónicos...
Es una preciosidad por fuera, parece un dibujo.
PERO (siempre hay un pero, ¿verdad?), la realidad:
Cuento de Hadas vs. Realidad (con mucha, pero que mucha Cola)
Y si, el castillo te hace sentir en una peli.
Pero Turístico es, a reventar.
Junto con Berlin, tenía muchas ganas de venir aquí.
Es precioso tanto el castillo como los alrededores.
Para llegar Neuschwanstein puedes ir a pie a través de un bosque,
Son unos 40 minutos.
Puedes ir en calesa o en una guagua que llega hasta el puente Marienbrücke,
y hasta el castillo son unos 10 minutos andando.
• INTERIOR: A ver... es interesante, pero no tan "WOW" como la fachada.
La historia del rey Luis II de Baviera, el "rey loco" o "rey de cuento de hadas", es fascinante y trágica.
Obsesionado con Wagner y los mundos de fantasía, se gastó fortunas en sus castillos y murió en circunstancias misteriosas.
No fue tanto una tragedia de "amor" clásica, sino más bien de aislamiento, posible enfermedad mental y política).
• LA FOTO FAMOSA:
¿Esa vista icónica del castillo con el paisaje detrás?
Se saca desde el puente Marienbrücke.
Y ojito porque el puente tiene horarios.
Y sí, también suele haber cola para acceder al mejor punto.
Consulta si está abierto antes de ir, a veces cierra por clima o mantenimiento)
Asegúrate de comprar la entrada con anticipación porque cola hay sí o sí.
⑩ Prepárate para el shock de "cuqui" Oberammergau es... irreal. Las fachadas de las casas pintadas, son una obra de arte. Con escenas de cuentos de hadas, motivos religiosos o florales. ¡Es como caminar dentro de un libro ilustrado!
⑪ Ramsau bei Berchtesgaden: El broche de oro alpino.
¡Postal nivel DIOS!
Te reconcilias con la humanidad.
(Mi pueblo favorito de Alemania)
Y con razón.
Esta estampa alpina, con la iglesita blanca de San Sebastián escoltada por montañas de escándalo, es literalmente de postal.
Pero de las buenas,
de esas que te hacen dejar el móvil en silencio y simplemente respirar.
Yo me senté frente al río azul turquesa (sí, parecía photoshopeado),
Y estuve allí horas.
Sin prisa.
Sin necesidad de más.
Me hubiera encantado quedarme un par de días más.
Desde aquí puedes visitar el Hintersee, uno de esos lagos que reflejan el cielo como si fuera un espejo sin marco. O caminar hasta la Wimbachklamm, una garganta estrecha con pasarelas de madera y cascadas por todas partes.
¿Y qué me dices del Zauberwald, el "bosque encantado"?
Verde, húmedo, con esa magia de cuento de hadas bávaro que hace que todo parezca más suave.
Muy cerca está también el famoso Nido del Águila (Kehlsteinhaus), conocido por sus vistas imponentes y su historia, claro, pero créeme que lo que de verdad impresiona es la panorámica.
Es como si el mundo se extendiera entero ante ti.
Abajo, en la base del Nido del Águila, hay varios parkings, pero cuando fuimos estaban tan llenos que decidimos seguir hasta Austria.
A veces el destino te empuja a descubrir lo inesperado.
Aun así, no dejo de pensar que Ramsau se me escapó un poco entre los dedos.
Ojalá lo hubiera sabido antes...
lo habría hecho mi base durante varios días.
Porque hay lugares que no solo se ven, se sienten.
Y este, sin duda, es uno de ellos.
⑫ Múnich ¡Ay, Múnich!
Fue el final de nuestro road trip y la recompensa perfecta. Dejamos el coche y recorrimos su centro histórico a pie, con esa mezcla de tradición bávara y energía cosmopolita que solo Múnich sabe combinar.
Y claro, terminamos en la Hofbräuhaus.
Esa cervecería legendaria, fundada en 1589 por el duque Guillermo V (sí, lleva funcionando más tiempo que cualquier grupo de WhatsApp de tus padres), nos recibió como se reciben las buenas historias: con ruido, música, y cerveza servida en jarras que pesan más que una kettlebell.
Allí estaba él. Un señor con bigotes perfectamente recortados, camisa blanca, tirantes, pantalones de cuero y una jarra de litro con su nombre grabado. "Mi familia la ha tenido desde hace generaciones", nos dijo, como quien te cuenta que heredó una joya.
Yo solo podía pensar: espero que también haya heredado el fregaloza.
Imposible no sonreír.
Era parte del decorado humano que hace que Múnich te abrace sin avisar.
Aunque fuimos en junio, todo parecía respirar Oktoberfest: las mesas largas compartidas, la banda tocando música bávara en vivo, los camareros esquivando turistas como bailarines de ballet con jarras en mano, y ese olor a pretzel recién horneado flotando como una nube de bienvenida.
Entre el Viktualienmarkt, los jardines ingleses y las callejuelas que huelen a historia y levadura, Múnich se convirtió en ese lugar donde el tiempo se alarga y la cerveza desaparece misteriosamente más rápido.
No fue solo una ciudad: fue un cierre con carácter.
Un brindis bávaro con sabor a final feliz.
⑬ Y cuando ya no podíamos más de tanta belleza pastoral y pretzels, dejamos el coche en Múnich (¡gracias por los kilómetros, amigo!) y dimos el salto en guagua a... ¡BERLÍN!
Cambio de tercio RADICAL. Del modo "Heidi conoce a los hermanos Grimm" pasamos al torbellino de historia, arte callejero, rollito alternativo y la energía vibrante de la capital. ¡El contraste perfecto!
Vamos, que nos pegamos una buena paliza, ¡pero vimos más Alemanias diferentes en un solo viaje que algunos en toda su vida! ¿Cansados? Un poco. ¿Con la tarjeta de memoria (y la barriga) llena y el corazón contento? ¡TOTALMENTE! ?
? ¿Quieres que te ayude a montar esta ruta a tu ritmo y con tus gustos?
? ¿Y qué me faltó por ver… que ya estoy apuntando para la próxima?
Porque sí, por mucho que recorras y te dejes la voz gritando “¡mira eso!”, Alemania siempre te guarda algo en la manga. Y estos lugares... ¡ay! estos sí que me habría encantado vivirlos:
? Colonia
La catedral más imponente de Alemania (Patrimonio de la Humanidad) y un ambiente joven, rebelde y artístico que me habría encantado sentir en vivo.
? Hamburgo
Una ciudad que late al ritmo del puerto. Canales, Speicherstadt, vida nocturna… y una mezcla entre Berlín y Ámsterdam que no se ve, se vibra.
? Dresde y las orillas del Elba
Renacida entre ruinas, artística, elegante. Su perfil barroco reflejado en el río Elba es pura poesía visual.
? Ruta Romántica (completa)
Aunque hicimos parte, me habría encantado recorrerla entera: pueblos como Dinkelsbühl o Füssen parecen de cuento... pero son reales.
? Valle del Mosela
Menos famoso que el Rin, pero igual de hermoso. Curvas de postal, viñedos empinados y pueblos coquetos como Cochem o el espectacular Castillo de Elm, que parecen pintados.
? Leipzig
La ciudad que vibra con cultura, historia, arte alternativo y cafés que parecen librerías. Sí, necesito verla.
? El Puente del Diablo (Rakotzbrücke)
Una curva perfecta sobre el agua en medio de un bosque silencioso. Es de esos sitios que parecen editados… pero no lo están. No se cruza (por razones mágicas, obviamente), pero se contempla como quien ve un hechizo hecho piedra. Está en el parque Kromlau, y sí, lo quiero ver con mis propios ojos y no solo en Instagram.
? La cima de Alemania (Zugspitze + Lago Seebensee)
A veces, lo que necesitas no está al final del mundo, sino en lo más alto de un país. La Zugspitze, con sus 2.962 metros de altitud, no solo es la montaña más alta de Alemania, es un sitio que te cambia el ritmo interno. Desde la cima, el mundo parece más pequeño… y tus ganas de vivirlo, más grandes.
Y si eso no basta, a sus pies se esconde el Lago Seebensee, un espejo turquesa que parece haber sido colocado allí solo para que digas “wow” sin darte cuenta. Rodeado de pinos, montañas y silencio con eco, es de esos lugares donde podrías quedarte a vivir. O al menos a hacer una foto que te acompañe toda la vida.
? Bamberg
Cerveza ahumada, arquitectura medieval, canales que la llaman la “Pequeña Venecia” alemana. Lo sé, me duele no haber ido aún.
? Selva Negra (más días, por favor)
Sí, estuve… pero se me quedó cortísimo. Esta región merece tiempo, desvíos sin mapa y muchos paseos entre relojes de cuco y tartas de cereza.
? Lago Constanza
Estuve en Lindau, ¡pero me faltó tanto! Me habría encantado explorar Meersburg, Mainau, incluso cruzar hasta Suiza o Austria desde ahí. Porque sí, este lago es triple frontera, triple plan.
? Ruta de los Castillos
Desde Mannheim hasta el castillo de Hohenzollern, esta ruta tiene paradas de película. ¿Mi espinita? No haber dormido en uno ?
? Frankfurt
No solo es un aeropuerto con piernas. Es skyline, arte moderno, y barrios que se están reinventando con alma.
? Potsdam
A tiro de piedra de Berlín, pero con palacios, jardines y ese aire de corte prusiana que pide paseo lento y cámara en mano.
Si estás pensando que esta ruta te ha dejado con las ganas (o directamente con la maleta medio hecha), te entiendo. Alemania no es solo un destino: es una experiencia que cambia contigo, que se adapta a lo que sueñas, y que te deja con ese “¡wow!” que no se borra ni aunque te lo propongas.
¿Quieres que preparemos tu viaje perfecto por Alemania, con estos rincones y alguno más que no te cuenten las guías? Pues escríbeme, viajera. Tú me cuentas cómo quieres viajar, y yo te lo monto sin dramas, sin estrés... y con mucha magia.
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